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  • Paradero Desconocido

CAPÍTULO 35. Misión cumplida

¿Cuántas veces he perdido el control de mi vida? ¿En qué momento quise engrandecer el orgullo de los Estados Unidos de América con todas estas deplorables misiones suicidas? ¿Esta felicidad es real? ¿Es para siempre? No quiero volver. Sólo sé… que no quiero volver. Y tampoco dejaré que él lo haga. Más de un año había transcurrido desde que Edith y Ernesto salieron del país para formar una nueva vida juntos… condicionalmente. Si me vuelves a dar un agarrón o a hablar de ese modo, se acabó. Si me vuelves a ocultar cosas y a coger un arma sin que […]

CAPÍTULO 34. Una llamada de despedida

Rock no estaba al tanto todo lo que hubiese querido de lo que Revy y Eda, junto a Dutch, tenían planeado. Después de una noche maravillosa junto a Revy, donde ambos acabaron sudados y exhaustos, cayó rendido en los brazos de Morfeo antes de diez minutos. Como al día siguiente libraba, ninguna alarma sonó durante el resto de la madrugada… ni de la mañana. Cuando se despertó sobre las 10 de la mañana, Revy hacía ya muchas horas que se había ido y le había dejado una nota bajo la almohada para que no se preocupara. Pero Rock se preocupaba, […]

CAPÍTULO 33. Un nuevo rumbo

Dos horas después Rokuro se quedó dormido con los brazos cruzados en la mismísima sala de espera, con el rostro cabeceado hacia delante. Cuando el cirujano salió a hablar con los conocidos de Ernesto y Edith, Revy se levantó seguida de uno de los guardaespaldas de la rusa. El hombre se hizo pasar por conocido de Ernesto, pues seguramente tenía la misión de enterarse del estado del mexicano y pasarle la información a Balalaika. Revy habló a solas con el médico y le relajó saber que ambos se habían salvado de sus heridas. El chico pasaría por una rehabilitación similar […]

CAPÍTULO 32. Cazador cazado

—¡¡Eda!! La rubia balbuceó girándose en la cama, más dormida que despierta. —Dios mío, Eda, ¡me he quedado dormido! —la tocó del muslo, moviéndola—. Vamos, ¡despierta! Lo siento pero vas a tener que llevarme al aeropuerto… Eda soltó una risita acomodándose en la cama sin abrir los ojos. —Llama a un taxista. —¡No me puedo permitir ni 5 minutos! Este piso no es un hotel, Eda, tardará en llegar… joder —se maldijo por su torpeza mientras terminaba de atarse las zapatillas. —Pues me parece que vas a llegar tarde. ¿Tarde? El siguiente avión no es una opción. Serán más de […]

CAPÍTULO 31. Un secuestro y una recaída

Revy tuvo un amargo flashback. El pitido profundo, agudo y tremendamente doloroso que le dañó los tímpanos volvía a afectarla, esta vez no tan de cerca, pero no importó. Igualmente la sacudida y el temblor de la cochera le impactó objetos encima, la sacó volando de allí y la hizo caer como una muñeca de trapo sobre el asfalto. Parpadeó repetidas veces con los iris dañados al recibir arenilla directa en los ojos. Se cubrió con el brazo y se obligó a rodar, y rodar, y rodar… y rodar… su mente sólo pensaba en huir de ese epicentro de la […]

CAPÍTULO 30. El ángel corrompido

Como Eda ya había predicho, todos los integrantes de la compañía Lagoon salieron sin cargos en sus celdas, incluyendo a Rock. Por la parte que tocaba a la propia Balalaika, hubo dos reuniones a puerta cerrada, una con la CIA y otra con la Interpol, donde se debatió, entre otros muchos asuntos, la identidad del «gigante dormido», alias con el que se conocía a la personalidad física que comandaba todas las rutas de droga en el hemisferio norte. Se sospechaba que Balalaika era su más preciada gema en cuanto a contactos, reputación y vías de carga y descarga. Roanapur era […]

CAPÍTULO 29. El bien contra el mal

Almacén de descargas —¿¡Le has perdido de vista!? —¡Sargento, me perjuró que la capitana había dado la orden! No, si tonto no es. Es la única forma de hacerles dudar. Ahora tendré que encontrarle. Recién salido del impacto que había provocado en la torre, Boris no había tenido más suerte. Las unidades comandadas por la rusa se habían cruzado con las que él dirigía. Balalaika había decidido formar parte de la intervención armada a última hora y desobedeciendo los consejos de él. Hacía varios años que no la veía vestir con la uniformidad táctica militar y con el pelo totalmente […]

CAPÍTULO 28. ¡Mátame!

Oficina de Balalaika —¿Esto es todo? —De momento lo haremos así —dijo, alzando la voz en torno a sus demás camaradas—. Pero si el sargento ve algo que no marcha como está estipulado, pondremos en marcha el plan B. Sólo él lo sabe y él os lo dirá en el momento oportuno. —¡Sí, capitana! —se oyó al unísono, con energía. Rock se encontraba blanco como el papel en una de las esquinas, azorado por lo que se le venía encima. Después de casi un mes de preparación por ambas partes, sabía que se venía algo gordo. Balalaika no era tonta. […]

CAPÍTULO 27. Una reconexión imposible

Despertó varias horas después. ¿Cuántas? No tenía ni idea. Tenía la vista borrosa, el olfato inutilizado y sentía como si le hubieran aplastado los huesos con algún tipo de vehículo. Por más que parpadeaba no veía nada, y lo primero que pensó tras resituarse era que le habían dejado ciego. Se tocó los ojos y notó dos enormes masas de carne hinchada que reaccionaban al mínimo tacto: su cara estaba deformada por los huesos rotos, la mandíbula desencajada. Gimió sin poder vocalizar nada, pero su cuerpo no respondía. Estaba apaleado de pies a cabeza y temía que lo peor estuviera […]

CAPÍTULO 26. Consecuencias

—Estás bien jodida, corazón. —¿¡Jodida yo…!? —los hombros le temblaban de la risa, pero de pronto, se abalanzó con la fuerza de un animal cabrío sobre Eda, sin éxito. Estaba con los grilletes separados encadenada a la silla, así como los tobillos. Rosarita contaba ya varios días sin comer más que un chusco de pan y dos vasos contados de agua por propia voluntad, pero todavía tenía energías para los policías que la interrogaban. La CIA y la Interpol habían colaborado para tratar de extraerle la máxima información posible, sin embargo… no soltaba prenda, sólo pensaba en matarlos a todos, […]