CAPÍTULO 5. No somos máquinas… todos sufrimos
Balalaika había vuelto a citar al equipo de Black Lagoon en su oficina. Rock tenía ciertos nervios, siempre los tenía cuando se trataba de la rusa. Pero esta vez iba más confiado: la noche que había pasado con Revy había sido tan insuperable que no paraba de darle vueltas a lo afortunado que se sentía. No había otra palabra para explicarlo. Se sentía pleno, como si hubiera ganado la lotería del amor, y nunca mejor dicho: recordar la cara de placer de Revy recibiéndole sin parar, gimiendo, y luego mostrándose tan cariñosa… para él había sido un regalo. Aquella mañana, […]