CAPÍTULO 5. Un error imperdonable
La noche diluvió, otra tormenta. Casi parecía un recuerdo juguetón. Otra vez solas, en una habitación privada, otra vez con la lluvia azotando tras el ventanal. Caitlyn ayudó a Vi a darse una ducha y a espabilarse un poco, pero había bebido demasiado. Ahora se movía y podía responder medianamente bien, pero estaba lánguida y se estaba riendo por todo. No sabía si preocuparse o agradecerlo. Vi parecía necesitar también un poco de libertad mental, vivía llena de presión. Cuando se vistió con un albornoz y se quedó echada sobre la cama, Caitlyn también aprovechó para darse una ducha, daría […]