CAPÍTULO 15. Un barco hacia la calma
—Te estoy hablando a ti, Annie. —Ya te he oído. El rostro de Annie estaba cabizbajo, medio escondido entre los cortos mechones rubios que caían por los lados. El chico volvió a leer detenidamente la nota. Eran unas líneas que amenazaban directamente a la policía militar. «Si Armin te quita de la zona de guardia que te dije, le mataremos cuando menos te lo esperes. Podemos camuflarnos bien, sino, ¿de qué nos valdría nuestro título? Será el último encargo que te haremos. Cúmplelo bien.» —¿Has estado manteniendo contacto con alguna de las mafias que buscamos? Annie abrió los labios, indecisa. […]