CAPÍTULO 2. Tienes una nueva misión
Servicio de Inteligencia WISE
—Parece que una nueva pelea de tu pequeña con el segundo hijo Desmond casi le cuesta otra plaquita plateada.
Plaquita plateada. Loid aborrecía cuando Sylvia le buscaba disimuladamente las cosquillas. Anya había evitado la obtención de un segundo Tronitrus por los pelos, pero aquello no le venía bien a la misión, estaba claro. Decidió ignorarla y carraspear, cambiando de tema.
—No le demos más importancia, eso puede arreglarse. ¿Para qué me llamabas?
—Tenemos un problema —murmuró, recuperando la seriedad que la caracterizaba. Se ajustó un poco el puente de las gafas según hablaba—; no se ha pasado por alto tu intervención en el Lorelei. Aunque todos los asesinos a sueldo fueron liquidados, al parecer… había un espía. No precisamente de WISE. Obviamente, no es de Westalis.
Loid frunció el ceño. No le gustó el cariz que se estaba formando con aquella información.
—¿Qué?
—Se ve que no fueron tan alocados. Aparte de los sicarios, uno de los investigadores privados de Ostania estaba allí como mero observador. Se ha dedicado a hacer una ficha con todas las personalidades, normales o bizarras que haya visto en ciertas áreas del barco y las ha enviado a sus jefes. No nos hubiéramos enterado si uno de nuestros espías no hubiera desencriptado uno de estos envíos. Y adivina qué.
Loid se imaginó lo peor. No con él, por supuesto, él sabía jugar muy bien sus cartas. Sino con el espía que había desencriptado esa información. Sylvia pareció leerle la mente, porque esbozó una perturbadora sonrisa.
—Sí, así es —asintió con cierta pesadez—, han matado a nuestro informante.
Loid abrió los párpados, impresionado.
—¿Lo han…?
—Rastrearon sus envíos en cuanto se apropió de los correos encriptados que ese investigador envió. Supongo que no tengo que explicarte qué significa todo esto, ¿verdad, Twilight?
Él se mantuvo impávido facialmente. Bajó los hombros y respondió.
—Si los dirigentes de esa misión han matado al informante, es porque temen que alguien acceda a esas fichas.
—Exactamente. Por suerte, aunque muriera, nos desencriptó la información. Así que ahora Ostania estará rabiando pero se mantendrá en silencio. Lo que ocurre aquí es que sospechaban que había un espía en el Lorelei. La base de esas sospechas sólo está fundamentada en que los dos únicos componentes de una mafia vecina que viajaban en el barco disfrazados, iban protegidos por un sicario de Ostania. Pero este investigador no tenía ninguna misión exacta más que descubrir la identidad de posibles espías en Westalis. Y era una misión bastante arriesgada porque partía sin base sólida. Aun así… —relamió sus labios y bajó la atención a unos documentos. Le deslizó uno de ellos para que Loid lo leyera. Éste lo tomó y fue devorando línea tras línea. Se tensó un poco al dar con la descripción inequívoca de alguien.
—Por un momento creí que describía a Franky.
—No. Describe a su primo. Está muerto.
Loid apretó sin querer los dedos en el papel que sostenía. Pero controló enseguida esa reacción y le devolvió el papel.
—Entiendo —murmuró.
—Franky estará de vacaciones forzadas este mes entero. Necesita protección y vigilancia hasta que las aguas se calmen, porque aunque no embarcara en el Lorelei, es familia de un informante de Westalis… si descubren que Franky también lo es, no dudarán en actuar —tocó con sus uñas el papel de nuevo—; tu descripción física y la de tu hija adoptada están en estos documentos también. Hay que ir con mucho ojo. Esa información es la misma que Ostania tiene. Te agradará saber que no le has resultado sospechoso en ese envío preliminar. Buen trabajo. No se sospecha de Loid Forger, así que aferrarte a tu tapadera será crucial en cuanto salgas de tu casa. Aunque…
Sylvia tuvo una mueca fugaz, como de torcimiento de labios. Él la captó.
—Dímelo todo. No quiero que te dejes nada en el tintero, la misión depende totalmente de que un completo desconocido me pille.
—Ese investigador de Ostania ha mandado fichas de todas estas personas. Incluida la tuya, aunque carezca de sospechas hacia tu persona. Pero saben que buscan a espías profesionales, por lo que no te descartarán. Cuento con que no te descarten, al menos. Entonces… en WISE hemos dado por sentado que investigarán a todas las personas que viajaron en el Lorelei y que no estén en su plantilla profesional. Tienes que ir con mucho ojo, porque estarán cerca o lejos de ti, pero sin duda te estarán vigilando. Cualquier gesto puede ser crucial para que les haga sospechar. No puedes descansar, Twilight. ¿Entiendes eso?
—Perfectamente. No lo he hecho en toda mi vida, de todos modos. Esto no será diferente.
—Somos conscientes de que han podido elaborar una especie de… calendario y horario detallados de investigación de todas estas personas… así que… en cualquier momento, en cualquier lugar. Pueden estar observándote. Ve con mucho ojo si piensas disfrazarte utilizando aseos públicos.
—No es nada diferente a lo que he hecho anteriormente —se defendió, encogiéndose de hombros. Sylvia soltó un largo suspiro.
—Es todo lo que tenía que decirte. Y deberías… bueno —volvió a callarse. Parecía impropio de Sylvia. Loid frunció sus rubias cejas.
—¿Qué ocurre? Ya van dos veces que te redimes de decir algo. He dicho que quiero saberlo todo.
Ella sonrió.
—¿Has estudiado bien a las personas con las que compartes apartamento? —murmuró, mirándole con una expresión de curiosidad.
—De cabo a rabo. Sé prácticamente toda la vida de las dos.
—Bien… bien —asintió, aunque Loid se pudo dar cuenta fácilmente de que no parecía convencida.
—¿Quieres que vuelva a enviarte una ficha de ambas? Quizá descubra algo nuevo, aunque francamente… lo dudo.
—No es por pecar de desconfiada… que bueno, en esta profesión nunca se es lo suficientemente desconfiada. Me preocupa más pecar de alguien que tiende a prejuzgar —comentó, calmada, y no quiero que mi única sospecha de Yor Briar se base en que su hermano trabaje para los Servicios Estatales de Ostania y que lleve 27 años soltera. ¿Me explico?
—Hay personas que simplemente no encuentran su… otra mitad. Imagino.
—Claro —murmuró. Se mordió el labio inferior con otro deje pensativo pero al final asintió de nuevo—. Quiero que estés atento a todo lo que la rodea igualmente. Al hermano no hace falta… porque ya lo tenemos bien vigilado.
Sylvia acabó sacando del cajón de su escritorio un papel doblado. Loid lo tomó y lo desdobló.
—¿Y esto…? —alzó una ceja, mirándola por encima del borde del papel.
—Ese investigador llegó a la conclusión de que esa persona es peligrosa. Que si deja que le veas la cara, es porque ha llegado tu hora.
—Una asesina.
—O asesino —dijo divertida, meneándose de lado a lado en su silla giratoria con un suave balanceo de caderas. Señaló con el bolígrafo a distancia el papel que sujetaba—, no le podemos poner sexo hasta que sepamos si ese alias tiene algún tipo de peso real.
—¿Cómo es posible que supiera tan poco de esta persona el espía? Si está aquí es porque hizo un trabajo, ¿no es así? Y fijó su atención en dicho sicario.
—Porque era una persona enfocada en muchos pasajeros. Escuchaba conversaciones cruzadas, y no podía reunir información de absolutamente todos. Es casi hasta poético que investigara sin saberlo a alguien que trabaja para su propia nación —clavó el bolígrafo con fuerza en el escritorio, de un movimiento brusco—, y nos aprovecharemos de ello. Creemos que es la persona a la que le fue encomendada la protección de la mafia. Si es así, podemos reducir muchísimo la lista de sospechosos.
—Así que un sicario al que encomiendan la misión de un guardaespaldas de los resquicios de una mafia.
—Tiene que ser una persona altamente capacitada. No puede ser un sicario al uso, sino un profesional curtido.
—»Thorn Princess» —Loid releyó el papel y se lo devolvió—, ¿y entonces?
—Desde tu posición actual y tal como están las cosas… no quiero ponerte bajo más peligro estúpidamente. Pero si descubres quién es, nos vincularíamos directamente con la organización que opera específicamente con los sicarios de Ostania. Es más prudente empezar a tirar de los hilos bajos… ya sabes.
Loid asintió.
—Está bien. Pero no olvides que tengo al hermano de Yor con demasiada vigilancia sobre mí cada vez que viene a nuestra casa.
—Sabrás sortearle. Es más joven que tú… y tú sobradamente más experimentado.
Eso era cierto. Completamente cierto.
—Pero no me estás pidiendo que te informe.
—Ese no será tu cometido. En cuanto sepas su identidad, daré luz verde para que ejecutes a esta persona.
Loid no se sentía muy a gusto cumpliendo con la parte del sicariato que a veces le tocaba en sus misiones.
—No obstante, no es tu misión principal —prosiguió la pelirroja—, tu misión principal es la que te compete como siempre ha sido. Pero ese sicario o sicaria es alguien que iba en ese barco y tiene la conexión que necesitamos. Con saber su identidad, ya correrá de nuestra cuenta el resto de la investigación.
—¿No es más útil esa persona estando viva y vigilada?
—Por supuesto que no. Sólo es un asesino. Como todos los que tienen. Son peones, Twilight. No saben nada, sólo tienen superiores. Su identidad es lo único que nos sirve para saber las identidades que están por encima de ellos.
Tenía lógica. Así que, como misión secundaria aparte de la de vigilar hasta su propia sombra, sería la de asesinar a un asesino.
«Thorn Princess«.
Lo más probable es que fuera una mujer. Trataría de repasar mentalmente una y otra vez todas las caras que habían pasado por su campo de visión en el Lorelei. No le sería tan complicado. Estaba entrenado para ello. La encontraría. Encontraría a Thorn Princess y la mataría.
Loid se despidió de Sylvia y utilizó un pasadizo oculto para salir de las instalaciones de WISE.