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CAPÍTULO 7. Excitación, no nervios

—Agh, no me lo puedo creer… me faltó tan poco… —Roman dio un golpe en el tablero, molesto. El profesor que supervisaba la partida de ajedrez chistó al muchacho. —¡Joven Belmont! ¡No arme escándalo! —Profe… estaba a punto de tomarle ventaja. —Jugar contigo es ridículo. Nuestra prima de seis años tiene mejores estrategias que tú. —Ehh… ¿no te han dicho que calladita estás más guapa? —tiró a Ingrid del pelo. Ésta le apartó de mala gana la mano y posicionó de nuevo las piezas en su lugar. —Apártate, quiero otro contrincante. —¿Uh…? Ni hablar. Quiero ganar a Kenneth, así que […]

CAPÍTULO 6. Un engaño oculta otro engaño

—¿Por qué preguntabas si sé si era lesbiana? Los cotilleos hay que compartirlos… —Porque me besó. Y… —entreabrió los labios, pero la distancia entre las chicas y ella estaba decreciendo. Cerró la boca. Hansen se fijó en Mia. Tenía una mirada autoritaria que no pegaba mucho con las dos tiritas adhesivas que tenía en el puente de la nariz. —¿Qué te ha pasado, bruja? —preguntó Leah, riéndose. —Un golpe con una puerta —dijo sin más, cruzándose de brazos. Miró al resto—. Bueno, ¿vamos a quedarnos aquí paradas? —Habéis sido las últimas en llegar, así que… tiene gracia que lo digas […]

CAPÍTULO 5. El significado de ser una mascota

Todos los cursos habían sobrevivido a una dura semana de exámenes. La actual Presidenta del Consejo, una de las gemelas Freeman, había programado con ayuda de los delegados de cada clase una organización perfecta para estar libres con la llegada de mayo. Ingrid Belmont, delegada de su curso, nuevamente había quedado en primer lugar en sus calificaciones. Pero había sido una semana igualmente dura. Por primera vez en muchos años, le había costado concentrarse. Su mente y su cuerpo parecían haber experimentado un cambio desde lo ocurrido en la cabina del aseo. Lo quisiera o no, lo vivido con Mia […]

CAPÍTULO 4. Sin punto de comparación

—No estoy acostumbrada a que me mienta una chica para conseguir un beso mío —murmuró divertida y se cruzó de brazos—, ¿creías que no me iba a enterar? —Sabía que te enterarías. Fue divertido ver esa mirada de cachorrito cuando te diste cuenta. ¿Ca… cachorrito…? Ingrid siguió sonriendo. Sabía mentir. Se le daba bien. Y no estaba dispuesta a que la volviera a ver dudar. —No te lo tomaré en cuenta. Pero no vuelvas a hacerlo. —Disculpa, pero… ¿en qué momento has dado por sentado que me estás haciendo un favor? —cuestionó, mirándola fijamente. Mia tenía mucho poderío en sus […]

CAPÍTULO 3. Desventaja

Dormitorio de Yara Hansen —Mira, a eso me refería… nunca vi contenido así en el portátil de mi padre. Belmont miraba sorprendida la pantalla. Era la primera vez que veía a dos mujeres besándose y tocándose de aquella forma. Había explorado algunas páginas cautelosamente, acerca del sexo. Pero nunca sopesó la idea de mirar vídeos lésbicos. Sintió algo de rechazo cuando Yara se los puso. Dos mujeres manteniendo aquel tipo de relación era un tema tabú en cualquier casa de renombre. Un insulto al país de Yepal, conservador y misógino a ciertas escalas. Sin embargo, en el portátil de un […]

CAPÍTULO 2. Mente de un cazador

“Cuando comienza un juicio en los que existen acusados con manifestación de su sello de poder, siempre y cuando se les atribuya delitos graves contra la vida humana, se podrán exponer, estudiar y sentenciar TODOS ellos en la misma audiencia, en pos de la máxima protección de la ciudadanía. Si durante el juicio resultan implicados más manifestantes de sello y las pruebas son suficientes para culpabilizarles, cumplirán también condena inmediata aunque no fuesen los principales acusados. Esto es una norma universal.” —Pst… ¡psssst! ¡Ingrid! Belmont parpadeó y observó de soslayo a Yara. Se había pasado todo el inicio de clase […]

CAPÍTULO 1. Una nefasta primera vez

Nave poligonal Habitación del sótano —¡¡AAAARGH…!! Ese grito está mejor. No desenterró las uñas como había hecho anteriormente con sus piernas. Esta vez, las hundió hasta acariciar las costillas, y tiró hacia atrás hasta rompérselas. La chica volvió a gritar desgañitada, rompiendo en un llanto aún más desesperado. Ingrid volvió a ensartarla con las dos manos, acrecentando más la longitud de las garras de zafiro en las que ahora estaban formadas sus uñas para abrirle las escápulas como si fueran alas de carne. La muchacha ya sólo lloraba a voz en grito, con la cara bañada en lágrimas. Tenía un […]