CAPÍTULO 7. Excitación, no nervios
—Agh, no me lo puedo creer… me faltó tan poco… —Roman dio un golpe en el tablero, molesto. El profesor que supervisaba la partida de ajedrez chistó al muchacho. —¡Joven Belmont! ¡No arme escándalo! —Profe… estaba a punto de tomarle ventaja. —Jugar contigo es ridículo. Nuestra prima de seis años tiene mejores estrategias que tú. —Ehh… ¿no te han dicho que calladita estás más guapa? —tiró a Ingrid del pelo. Ésta le apartó de mala gana la mano y posicionó de nuevo las piezas en su lugar. —Apártate, quiero otro contrincante. —¿Uh…? Ni hablar. Quiero ganar a Kenneth, así que […]